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Yo no boto mi voto!

Publicado: 2011-03-30

Ya empezó la cuenta regresiva para las elecciones presidenciales y congresales del 10 de abril.

Campañas van, campañas vienen una que otra propuesta novedosa, tal vez alguna valiosa, lo grueso es el cave y el desprestigio a granel ya que no hay contrario, opositor, adversario ocasional. Todos son adversarios entre sí, van mutando sus rivalidades al son de las encuestas que más parecen puyas, que se asemejan a la pica que se hace a los toros en las corridas. Por desgracia en este caso, no hay casta por el contrario ante la pica hay movimientos extraños, traicioneros.

Esta será la primera elección en mi vida que no podré votar en primera vuelta por un viaje impostergable, sin embargo yo no boto mi voto, no haré de mi sufragio un naufragio.

No creo que exista el voto perdido. Cada cual que vote a conciencia, según su íntima creencia, de acuerdo a su convicción no habrá perdido su voto.

Si yo votara en primera vuelta, yo no boto mi voto. No me dejaría influir por las encuestas por una simple razón: Qué seguridad puedo tener que los encuestados dijeron la verdad? Ninguna. Entonces su utilidad es muy relativa para convencerme. Fuera de ello, de qué me convencerían? De seguir la corriente? De nada me serviría votar a ganador o por el menos malo si ese candidato no es el que me gusta.

Yo no boto mi voto. El sufragio es un derecho y un deber. Un derecho que nos otorga enormes facultades y un deber que nos impone responsabilidades.

Yo no boto mi voto. No me detendría en las mil y una contingencias que esta elección en particular acarrea. Tales como, por quién votarán los más jóvenes que son un número importante y cuyo universo son las redes sociales? Qué pasará con el tercio histórico del APRA? Podrá definir la elección o ya pasó la época de “disciplina compañeros”? Existe la real posibilidad que el país se divida casi en 5 partes con un “empate técnico”?

Yo no boto mi voto. Haría un examen de posibilidades. Utilizaría mi lógica y recurriría a mi instinto para saber en quien confiar pero sobretodo por qué confiar en él.

Yo no boto mi voto. Listaría mis prioridades y mi proyección del país al cual aspiro, de la nación de la cual deseo ser parte. Sin mayor detalle académico buscaría en la simpleza de mi corazón cual de los candidatos tiene una real conciencia de los objetivos nacionales más allá de los 5 años, que efímeros, pasará por palacio de gobierno.

Yo no boto mi voto. Trataría de ser como los Thunder Cats y ver más allá de lo evidente.

Yo no boto mi voto. No podría considerar serias propuestas de candidatos al congreso que ofrecen el oro y el moro simplemente porque desconocen cuál es su función. Pero esta vez no podré elegir un congresista que me represente.

Yo no boto mi voto. Que se peleen quienes tengan tiempo y ganas. Que se incordien quienes lo busquen, lo toleren, lo acepten. Que polaricen quienes no sientan en su capacidad un peso específico.

Yo no boto mi voto. Nadie debe hacerlo. Comprendamos el patrimonio que nuestro voto significa. Que nadie nos diga lo contrario. Que nadie nos empuje a hacer lo que no queremos. Que nadie nos arrastre en un caudal indeseado.

Cuando vuelva al Perú, encontraré una realidad distinta. Posiblemente tenga la alternativa de votar en la segunda vuelta. Allí la situación será más sencilla, pero quizás con un poco de humor negro, tan sencilla como estar entre la espada y la pared. En dicho momento tampoco boto mi voto. Volveré a pensar y a sentir como si votara en primera vuelta, total mi voto me pertenece sólo a mí y lo convertiré en un ladrillo para construir, en una sonrisa para alegrar, en una mirada esperanzada, en un ímpetu con destino, en una mano extendida, en una semilla para fructificar.

Yo no boto mi voto.


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Yo Claudia

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